IN MEMÓRIAM

Bruce Alexander

(1956-2016)

Horacio Cadena 1 , James Montoya 2

1 Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales, Medellín, Colombia

2 Departamento de Biología, Universidad del Valle, Cali, Colombia


Quienes trabajamos con vectores, en especial en el campo de los flebótomos, hemos sufrido sensibles pérdidas en estos últimos años. Primero fue la muerte del gran maestro Robert Killick-Kendrick, seguida por la temprana partida de Cristina Ferro, y más recientemente, la de Bruce Alexander, nuestro amigo y colega.

Nacido el 15 de diciembre de 1956 en Edinburgo, Escocia, Bruce hizo su pregrado en Ciencias Biológicas en la Universidad de esa ciudad y, luego, su maestría en Entomología Aplicada en el Imperial College de la Universidad de Londres. Una beca del Instituto Smithsoniano de Panamá le permitió estudiar por vez primera los flebotomíneos de la América tropical, insectos que tanto lo cautivaron y a los cuales dedicó gran parte de su carrera.

Después de trabajar con Rentokil Initial plc, el Museo de Historia Natural y la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool, Bruce se enroló en la Universidad del Estado de Florida, EE.UU., institución que le otorgó en 1988 su doctorado en Entomología bajo la dirección del conocido entomólogo David Young. Su tesis fue sobre la ecología de los flebotomíneos de la zona cafetera en Norte de Santander, en el marco de un estudio coloborativo entre la Universidad de Florida y el Instituto Nacional de Salud. Posteriormente, se vinculó como director del Grupo de Entomología de la Corporación CIDEIM en Cali.

Aunque relativamente corta, su estancia en Colombia fue muy fructifera, pues lideró diversos proyectos relacionados con el control de los vectores de las leishmaniasis. En 1996, se trasladó a Brasil donde fue profesor de la Universidad Federal de Minas Gerais, miembro del Comité de Expertos para el Control del Dengue de Belo Horizonte e investigador del Centro de Investigaciones ¨René Rachou¨. Desde 1998 fue investigador y consultor experto en leishmaniasis del Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales, PECET.

En el 2005, a su regreso al Reino Unido, se vinculó como investigador a la Escuela de Medicina Tropical en Liverpool. Por esa época, fundó y dirigió Xeroshield, una empresa innovadora con la cual cristalizaba una de sus grandes motivaciones: ofrecer alternativas amigables con el medio ambiente para el control y la prevención de enfermedades transmitidas por vectores. Su espíritu investigador lo llevó a interesarse por las garrapatas y su relación con la enfermedad de Lyme, y fue así como en el 2015 fundó Garrapat Ltd., compañía a la cual estuvo vinculado hasta su muerte.

Un gran número de publicaciones son testimonio de sus méritos como científico, y su legión de amigos, fiel reflejo de la simpatía que Bruce despertó entre nosotros. Conocimos su persistencia en la consecución de los objetivos que se trazaba y la gran integridad en la defensa de sus ideas y opiniones, en ocasiones, un tanto radicales, que lo confrontaron también con un gran número de contradictores. El mayor reconocimiento que tuvo en su carrera como investigador, según sus propias palabras, fue el haber sido seleccionado como uno de los 150 cientificos más influyentes de Colombia en la primera convocatoria del programa de estímulos a investigadores de Colciencias en 1994.

Sus enseñanzas y aportes permanecerán intactos en nuestra memoria. Algunos de nosotros vivimos de cerca su pasión por cultivar los idiomas, campo en el que acumuló muchas anécdotas por las particularidades, los modismos y los caprichos de nuestra lengua, como aquella que nos hizo exclamar: ¨Bruce, no existen las casas de bareto sino de bareheque¨. Asimismo, fuimos testigos de su facilidad para la escritura y la ilustración científicas, aunque también cultivó, con gran acierto, las caricaturas.

Recordamos las muchas horas de trabajo de campo, los días transcurridos separando flebotomíneos, buscando y capturando especímenes de Lutzomyia en reposo desde la madrugada, y las jornadas dedicadas a los muestreos nictamerales después de tomar el café ofrecido por los campesinos de las veredas. También será imposible borrar de nuestras mentes aquellos partidos de fútbol con las comunidades de las veredas de Tumaco y Dagua.

Desde sus primeros tiempos como investigador de campo en Colombia, Bruce aprendió a escuchar a los campesinos de las comunidades, a compartir con ellos algunas cervezas, y a respetar siempre sus saberes y su percepción de las enfermedades. Todos aquellos que tuvimos el privilegio de conocerlo y de compartir parte de su trayectoria profesional, reconocemos su gran calidad humana, su modestia y su optimismo. Lo echaremos de menos en los congresos y en los diversos espacios donde solíamos tertuliar.

Te fuiste temprano, amigo, tomaste la delantera, te has ido. Dejas tu legado de gran entomólogo e investigador apasionado por los flebotomíneos.